La práctica de la esgrima escénica es el arte de crear y ejecutar coreografías de escenas de enfrentamientos mediante el uso de armas blancas, principalmente, con un fin de entretenimiento. Así pues, estas escenas se pueden enmarcar en el contexto de una representación teatral, un rodaje cinematográfico o de televisión, actuaciones callejeras o una recreación histórica.
Esta disciplina combina tanto el trabajo corporal de los participantes con el componente dramático que conlleva su puesta en escena. Su práctica se realiza sin ningún tipo de protección, ya que la intención de agredir al contrincante no es real y se ejecutan coreografías ensayadas para evitar cualquier peligro. Sin embargo, es necesario tener en cuenta ciertas medidas de seguridad de cara al público en el teatro o en el escenario correspondiente.
Se pueden utilizar armas de cualquier período histórico, tales como espadas (de cualquier época), floretes, sables, dagas, rodelas, broqueles, escudos, lanzas, bastones, etc.
Los participantes trabajan la coordinación, agilidad y el diálogo corporal con el contrincante. El trabajo de ensayo previo permite que la puesta en escena de los duelos los haga parecer reales.
La esgrima aplicada a las artes escénicas aporta una disciplina de ejercicios de lucha y enfrentamiento muy valiosa para la formación de actores.